Critica: Pollitos en fuga 2: El origen de los nuggets, una segunda parte que aspira al mismo éxito
Veintitrés años después del estreno de la estupendísima película “Chicken run” o “Pollitos en fuga”, como la conocimos en México, llega una secuela en la omnipresente plataforma de streaming (Netflix). Estamos ante una secuela que no ofrece muchas sorpresas en cuanto a la trama, pero es consistentemente divertida en su estilo. La gente de Aardman Animations difícilmente puede resistirse a un buen juego de palabras y cargan “Pollitos En Fuga 2: El Origen De Los Nuggets” con un nivel de detalle que recompensará las visitas repetidas. x
¿De qué se trata Pollitos en fuga 2: El origen de los nuggets?
Después de desafiar a la muerte en la arriesgada fuga de la granja de Tweedy, Ginger ha cumplido su sueño: una tranquila reserva isleña para toda la banda de gallinas, lejos de los peligros del mundo humano. Cuando ella y Rocky tienen una polluela llamada Molly, el final feliz de Ginger parece definitivo. Pero en el continente, el mundo gallináceo se enfrenta a una nueva y terrible amenaza. Esta vez Ginger y sus amigos, en vez de fugarse… ¡Van a perpetrar un allanamiento! Aunque para ello deban poner en peligro su libertad, que tanto les costó conseguir.
Este reinicio se mantiene fiel al espíritu retro y hecho a mano del original, literalmente palpable en alguna que otra huella digital visible. Al mismo tiempo, El Origen De Los Nuggets aprovecha sutilmente algunos de los avances tecnológicos de la industria de los últimos 23 años, como el CGI, utilizado aquí para completar la bandada de mil pájaros necesaria en algunas tomas.
Hacer lo mismo otra vez no es intrínsecamente malo, pero El origen de los nuggets parece una imitación insignificante del original. Si bien Pollitos en Fuga tomó prestado el tema de las películas sobre fugas de prisión, se sintió como una película completamente única. La secuela, por otro lado, se siente más como una colección de referencias de películas de atracos que como algo con su propia identidad distintiva. El mayor problema es que la cinta se basa en una dinámica de personajes que no está completamente desarrollada y que no tiene a los encargados del doblaje original. Además, claro, de que las voces en inglés que aparecieron en la primera entrega se fueron para no volver más. Perdimos cuando Mel Gibson fue sustituido por Zachary Levi (Shazam!), pero ganamos cuando Julia Sawalha fue sustituida por Thandie Newton (aunque se extraña ese toquecito tan especial que da el inglés británico). Donde se anotaron un diez fue con la elección de Bella Ramsey (The last of us) para dar voz a la inquieta Molly.
Una película muy colorida y divertida que recuerda y homenajea a la original
Cuando la película aprovecha sus puntos fuertes locales, hay mucho que disfrutar. El veterano director de animación Sam Fell (Flushed Away, 2006) mantiene las secuencias de acción vivaces. Hay un chiste visual inspirado que involucra palomitas de maíz y fuegos artificiales y algunos juegos de palabras entrañablemente tontos y característicos.
Que Aardman Animations siquiera exista, todavía operando en un modesto polígono industrial de Bristol, es nada menos que un milagro. Los éxitos de taquilla animados por computadora van y vienen, pero Aardman es un puerto en stop-motion en medio de una tormenta. Eso no quiere decir que no haya evolucionado: Pollitos En Fuga 2: El Origen De Los Nuggets, una secuela de su primer largometraje allá por el año 2000, conserva los fundamentos artesanales de larga data de la animación con plastilina tradicional, trabajo y detalle en cada contorno de Plasticine, pero la ambición y el alcance técnico son notablemente más audaces. Tonta, ingeniosa y extremadamente británica: esta es una película familiar realizada con un cuidado y una artesanía muy al estilo Aardman.
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Cinéfilo empedernido y amante de las películas, quien cree que estas deben de apreciarse en una sala cinematográfica (aunque también disfruta del bendito streaming). Director del sitio web estilo 8ymedio (plataforma dedicada al cine). Locutor de la estación de radio Irreversibleradio, donde en su programa Cine y Palomitas gusta de comentar su pasión cinéfila y hablar de estrenos y noticias al respecto. A muy temprana edad descubrió que el cine es un estilo de vida y una manera de crecer. Ha dado clases y trabajado en la Cineteca Nacional, en el Cinematógrafo del Chopo, en el INBA y en el Film Club Café. Cinéfago insaciable quien gusta de ver maratones de películas una y otra vez y sobre todo, comentarlas con quienes gustan de esta afición.
