Crítica: Rebel Moon (Parte Dos): La guerrera que deja marcas, una entrega que no logra elevar lo suficiente
¿Podría alguna vez existir una versión de “Rebel Moon (Parte Dos): La guerrera que deja marcas” que realmente eleve la película y su franquicia al rango de algo excepcional? No lo creo.
Zack Snyder, director y coautor, ha intentado avivar el interés a su regimiento de seguidores insinuando que más adelante podrían llegar versiones “para mayores de edad” (clasificación R, pues) de las dos primeras entregas de saga galáctica, una imitación sin alma de la muy vapuleada y exprimida al máximo franquicia de “Star Wars”.
La bien documentada lucha por lanzar el Snyder cut de “La Liga de la Justicia” mejoró notablemente, lo que apenas era una película de superhéroes aceptable. Sin embargo, ha sentado un precedente desafortunado para la forma en que se está promocionando “Rebel Moon” ahora, convirtiéndola en víctima de su propia estrategia de lanzamiento.
Rebel Moon (Parte Dos): La guerrera que deja marcas, una segunda parte que no da más que la primera
Después de ver Rebel Moon (Parte Dos): La guerrera que deja marcas, no creo que más violencia o sexo, mejoren esta expansión sin alegría de la ópera espacial desangelada que vimos en la película anterior. Las deficiencias que impidieron que la primera “Rebel Moon” despegara siguen siendo evidentes en esta secuela, especialmente el desinterés de Snyder en las actuaciones de los actores y la falta de vida en las imágenes y diálogos de la película.
Al igual que su predecesora, esta última entrega parece haber sido producida rápidamente para competir con las series de “Star Wars” que se están produciendo como tortillas en Disney+. Aunque los seguidores acérrimos de Snyder podrían encontrar algo que el resto de nosotros no, eso no cambia el hecho de que esta secuela carece de impacto.
En el pasado capítulo de “Rebel Moon”: Un variopinto grupo de rebeldes se unió y aparentemente venció a los malosos del imperio espacial, dirigidos por el regente Balisarius (Fra Fee) con su acento cómicamente exagerado y el fascista Atticus Noble (Ed Skrein). Noble fue asesinado al final de “Rebel Moon – Parte 1: La hija del fuego”, pero el cierre de esa película ya insinuaba que su muerte no sería permanente.
Y así es, ahora ha regresado, lleno de rabia y decidido a tomar represalias contra los pacíficos granjeros de Veldt, una luna idílica con campos de granos espaciales al estilo de Smallville, niños granjeros y mucha felicidad.
¿Quién se alzará como el salvador de los habitantes de Veldt? En esta historia, vemos a dos personajes representativos: el joven y fornido cazador Den, interpretado por Stuart Martin, y el veterano, pero también musculoso Hagen, protagonizado por Ingvar Sigurdsson, conocido por su papel en “A White, White Day”.
Los nuevos personajes que llegan en esta segunda parte
El equipo sigue siendo el mismo de siempre, liderado por el adusto ex general Titus, encarnado por Djimon Hounsou. Se suman la enigmática Kora, interpretada por Sofia Boutella, y su poco convincente galán Gunnar, interpretado por Michiel Huisman, el único nativo de Veldt.
Entre los cambios desde la última entrega de “Rebel Moon”, destaca una escena donde los protagonistas revelan sus verdaderas motivaciones, recurriendo a retrospectivas que ralentizan el ritmo narrativo y se ven inundadas por la voz en off.
Aunque se han reconocido otras influencias en las películas de esta saga, Snyder destaca su conexión con la genial película “Heavy Metal”, una obra maestra de dibujos animados de la década de los 80. Esta inspiración se refleja en el nombre del personaje de Martin, que hace referencia al personaje de “Den”, creado por el dibujante Richard Corben.
En “Rebel Moon (Parte Dos): La guerrera que deja marcas”, a menudo se evidencia que menos, es más, no solo en las actuaciones cargadas de intensidad y las escenas de acción mal coreografiadas de la película, sino también en la exagerada relación entre Kora y Gunnar.
Esta se caracteriza por sugerencias atrevidas y amplias de pasión romántica, como cuando él confiesa de manera increíble lo que lo impulsa: “Fuiste tú. Fue perderte a ti”. A pesar de la torpeza en la elección de palabras y la lectura de líneas increíblemente plana, este gesto hacia la grandiosidad ejemplifica el estilo Snyderiano de “Rebel Moon”.
Una experiencia óptima para disfrutar de esta película sería verla en un cine, donde el sonido envolvente puede transportarte y hacer que te sumerjas en la película y olvides todos sus defectos. Sin embargo, Netflix ha producido ambas entregas de esta saga y, de hecho, se convirtió en su producción más costosa el año pasado. Además, si consideramos que esta y otras producciones de la casa del “tudúm” son en dos partes, pues minimiza la posibilidad de verlas algún día en los cines. Ante esta situación, resulta difícil comprender la necesidad de una versión con clasificación R por separado para estas películas.
El problema con las películas “Rebel Moon” no es que necesiten ser más grandes o pesadas para mejorar. Dicho de otra forma, no creo que añadir más de todo mejore la pobre aceptación que han tenido estas películas espaciales.
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