Crítica, Godzilla y Kong: el nuevo imperio, los dos titanes regresan en un filme repleto de acción
Cada una de las recientes epopeyas kaiju de Legendary Pictures ha seguido su propio camino, y «Godzilla y Kong: El nuevo imperio» no es una excepción. Esta película, una secuela directa de “Godzilla vs. Kong” de 2021, se inspira en la película de 1962 de los estudios Toho “King Kong vs. Godzilla“, donde los titanes se enfrentaron antes de unirse contra un enemigo robot.
Sin embargo, en lugar de replicar la misma fórmula, el director Adam Wingard y sus dos coescritores optan por una narrativa más fragmentada y a veces humorística, alternando entre diferentes líneas de acción en múltiples lugares que culminan en un gran enfrentamiento con diversas criaturas.
Godzilla y Kong: el nuevo imperio, un filme que pudo dar mucho más
Desde el punto de vista artístico, esta película es la más irregular del MonsterVerse, ya que carece de la cohesión y la vibra distintiva que caracterizaban a las anteriores entregas, ya sea la “Godzilla” de 2014, “Kong: Isla Calavera”, “Godzilla: Rey de los Monstruos”, o la película original de Wingard, una extravagancia gloriosamente rara de Godzilla-Kong que homenajeaba al cine de exploración de ciencia ficción de los años 60 y a las películas de acción de Hong Kong y América de los años 80, donde los protagonistas deben pelear antes de unirse contra un villano peligroso.
Rebecca Hall interpreta a Ilene Andrews, una antropóloga cuyo papel principal esta vez gira en torno a su relación con su hija adoptiva, Gia, y su intento de entender la conexión entre extraños pulsos de energía detectados por la tecnología de medición de monstruos del Proyecto Monarch y los dibujos que Gia ha estado plasmando por todos lados.
Con la ayuda del provocador de teorías conspirativas y podcaster Bernie Hayes, otro personaje de la película anterior, descubren que estos fenómenos podrían ser una combinación de señal de socorro y advertencia sobre una catástrofe inminente, una constante de todas las películas del MonsterVerse e incluso de la serie Monarch: Legado de monstruos, de Apple TV.
Los avances sugieren la existencia de una civilización secreta de primates gigantes similares a Kong, atrapados en una parte inexplorada de la Tierra Hueca, planeando escapar y conquistar el mundo superficial.
Su líder es un déspota primate, cicatrizado y sádico, que tiene a su propia especie esclavizada en una operación minera dentro de una caverna volcánica infernal, muy al estilo de «Indiana Jones y el Templo de la Perdición».
Aquí es donde debemos mencionar que “Godzilla y Kong” está completamente desorganizada, sin llegar a desarrollar adecuadamente una idea antes de pasar a otra. Incluso hace que «El Rey de los Monstruos» parezca centrada en un único mensaje. Además, está repleta de exposición redundante y poco natural que, en ocasiones, provoca que el espectador se pierda, incluso más que las películas anteriores.
Aunque los enfrentamientos son emocionantes y a menudo muy bien coreografiados, especialmente el clímax, un evento principal con múltiples monstruos y muchas otras criaturas en los márgenes, las actuaciones en vivo y de captura de movimiento son en su mayoría impresionantes. Sin embargo, el diálogo es mediocre y Wingard tiende a apresurarse a través de secuencias y relaciones completas que podrían haber sido excepcionales si se hubieran presentado con más paciencia y elegancia.
La adición de Dan Stevens al elenco es agradable, aunque absurda en función. Por otra parte, la relación entre Kong y un pequeño simio de ojos grandes que conoce en la Tierra Hueca es una oportunidad desaprovechada.
Otro punto en contra son las pieles de las criaturas generadas por computadora, que parecen más caricaturescas que en entregas anteriores. Y el guion presenta a su villano genuinamente aterrador y carismático demasiado tarde para darle a él y a Kong la oportunidad de construir y desarrollar su antagonismo, como lo hizo la película anterior con la relación entre Kong y Godzilla.
Es fascinante observar la lenta revelación del sistema de valores de Kong y darse cuenta de lo mucho que contrasta con el comportamiento de su malvado doble. El triunfo de Kong aquí debería haber sido catártico: una victoria de la decencia sobre la crueldad despótica en lugar de simplemente una marca en la lista narrativa.
En realidad, toda la película necesitaba más contenido de simios. Una película más inteligentemente priorizada podría haberse centrado en los simios vívidamente representados y caracterizados, dejando atrás a los humanos y dando un poco más de importancia a Godzilla, quien aquí es tratado principalmente como una fuerza generadora de caos que como un increíble aliado.
Como sea, Godzilla y Kong: el nuevo imperio es una buena película de acción que queda a deber, pero si tú eres un fan de esta franquicia y no te importan mucho los detalles, seguramente te parece increíblemente entretenida.
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Emprendedor, empresario, fan del buen café y de las playas del Caribe Mexicano. Creador y Director Editorial de las revistas Vochomania, Tuning Car, Curvas, Mundo Volkswagen y muchas más. Editor en Autoproyecto. CEO de MB Digital Entertainment. #DogLover #AdoptaNoCompres
