Crítica: Poor things, una obra de arte conceptual que perturba y divierte
Poor Things es un cuento de hadas increíblemente divertido que crea no solo uno, sino múltiples mundos distintivos, cada uno de ellos una obra de arte cautivadora, poblados por personajes memorables desarrollados por un reparto de primer nivel.
¿De qué se trata Poor Things?
Bella Baxter es una joven revivida por el brillante y poco ortodoxo científico Dr. Godwin Baxter. Bajo la protección de Baxter, Bella está ansiosa por aprender. Hambrienta de la mundanidad que le falta, ella se escapa con Duncan Wedderburn, un sofisticado y perverso abogado, en una aventura vertiginosa a través de los continentes. Libre de los prejuicios de su época, la mujer se vuelve firme en su propósito de defender la igualdad y la liberación.
Al hacer una película sobre el crecimiento (entre otras cosas), el director Yorgos Lanthimos parece haber madurado un poco también. Sigue siendo un provocador travieso que desafía a la gente a hacer una mueca de dolor ante un asunto incómodo, pero en Poor Things encuentra gracia en lo profano y lo sórdido. Nos muestra un corazón para complementar todos los zumbidos de su singular cerebro.
Poor things, un cuento posmoderno incómodo, divertido y perturbador con tintes feministas
Muchos creen y opinan que Poor Things es la mejor película de la carrera de Lanthimos y ya se siente como un clásico instantáneo, mordazmente divertido, caprichoso y excéntrico, modesto y sin pretensiones, lleno de tanto que adorar que tratar de analizarlo todo aquí parece una respuesta lamentable a las ambiciones de la película. En el centro hay un giro deliciosamente fuera de lo común de Emma Stone, prueba de que, sea cual sea la frecuencia agrietada en la que ella y Yorgos Lanthimos viajan, su alquimia es la verdadera.
Extremadamente extravagante, pero dirigida con un control infalible, también es una historia rica en actualidad, sobre una mujer que se reconstruye desde cero, estrictamente de acuerdo con sus propias reglas, lo que le proporciona a Stone el papel de su vida. O dos, en el caso de Bella.
Alocada pero inteligente, y ensamblada con una cinematografía inspirada que hace que valga la pena analizar cada escena en sus detalles, la película es una maravilla, un cuento posmoderno con referencias al Frankenstein de Mary Shelley.
Es una película exagerada que aborda temas pesados en términos metafóricos, intensificados y decididamente surrealistas que pondrán a prueba no solo los límites del espectador, sino también su capacidad para negociar entre lo representado y su significado pretendido. Pero el mejor cine nos desafía y Lanthimos nunca duda en enfrentarse a su público.
Desde el principio de Pobres Criaturas queda claro que esta no será una película para todos. Llamarla extraña es quedarse corto. Una verdad que se vuelve cada vez más cierta a medida que avanza la película. Sin embargo, aquellos que se queden a través del contenido explícito y la exploración de la sociedad obtendrán una gran recompensa al final. Al mismo tiempo, Pobres Criaturas es visualmente impresionante. Desde el vestuario hasta el diseño de producción y los decorados, es fácil perderse en todo.
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Cinéfilo empedernido y amante de las películas, quien cree que estas deben de apreciarse en una sala cinematográfica (aunque también disfruta del bendito streaming). Director del sitio web estilo 8ymedio (plataforma dedicada al cine). Locutor de la estación de radio Irreversibleradio, donde en su programa Cine y Palomitas gusta de comentar su pasión cinéfila y hablar de estrenos y noticias al respecto. A muy temprana edad descubrió que el cine es un estilo de vida y una manera de crecer. Ha dado clases y trabajado en la Cineteca Nacional, en el Cinematógrafo del Chopo, en el INBA y en el Film Club Café. Cinéfago insaciable quien gusta de ver maratones de películas una y otra vez y sobre todo, comentarlas con quienes gustan de esta afición.
