Crítica: Renfield, Nicolas Cage se pone el traje de Drácula

Tal vez y con unas pocas excepciones (Tom Waits en la versión de Coppola, Roland Topor en la versión de Herzog, gustos aparte), el secuaz del mismísimo Conde Drácula suele quedar muy olvidado en la pantalla: mientras el señor conde y sus ligues y exquisiteces acaparan el protagonismo, pocos se acuerdan de aquel inmobiliario, adorno, florero que, tras un viaje a Transilvania, regresó a Londres trastornado y con adicción a los insectos y a lo sobrenatural. Crítica de la película Renfield con Nicholas Cage como Drácula
Menos mal que el director Chris McKay (Batman: la Legopelícula) llega para remediar esa injusticia contándonos la historia de un Renfield (el siempre entrañable Nicholas Hoult) que mitiga con terapia de grupo sus siglos de sufrimiento bajo la sombra de un jefe de esos que te chupan la sangre con la cara del mismísimo Nicolas Cage.
¿De qué va Renfield?
Quien carga con parte del peso melodramático de esta farsa psicodélica y atemporal es el actor y modelo británico Nicholas Hoult a quien seguramente recordarás por haber aparecido en la saga X-Men (Beast) y en Mad Max: Fury Road.
Tampoco podemos dejar de mencionar a la actriz y cantante estadounidense de ascendencia china y surcoreana Awkwafina como Rebecca Quincy, una agresiva policía de tráfico que trabaja para el Departamento de Policía de Nueva Orleans y el interés amoroso de Renfield.
Eso sí, su trabajo podría resultar una transfusión de energía en las venas de un mito ya bastante desgastado y caído en desgracia que las nuevas generaciones, simplemente no saben apreciar, aunque al inicio de la cinta se incluye un maravilloso homenaje a la cinta original de 1930 donde el actor Béla Lugosi lo retrata de manera magistral poniéndonos a nosotros como espectadores en contexto cinematográfico.
Nicolas Cage, ahora como el vampiro más famoso de todos los tiempos
El humor irreverente, y sobre todo la excesiva violencia gráfica tipo cómic hace que no nos la tomemos muy en serio, pero, paradójicamente nos permite sentarnos a nuestras anchas y dejarnos disfrutar de la cinta, lo que en un principio podría pensarse que es un error, realmente es uno de sus más grandes aciertos.
La puesta en escena y sobre todo el diseño de producción y la paleta de colores que maneja el director resulta visualmente impactante, al grado que nos transporte inmediatamente y nos invita al juego pos moderno de no tomarnos ya nada en serio el mito vampírico pero dejándonos llevar y divertirnos, como no puede ser de otra manera.
Por momentos el exceso de hemoglobina irreverente de manera sacrílega y la violencia un tanto gratuita pero esos si, mu divertida nos recuerda al mejor Deadpool sanguinario con bastante mala leche melodramática que acabará encantando a quienes se presten al juego.
Así que si te gusta todo lo que mencionamos seguramente la cinta te va a encantar, de lo bizarra y auto irreverente que puede llegarle a resultar a un espectador de esos exquisitos (que los hay), los demás pues tal vez no tanto…
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Cinéfilo empedernido y amante de las películas, quien cree que estas deben de apreciarse en una sala cinematográfica (aunque también disfruta del bendito streaming). Director del sitio web estilo 8ymedio (plataforma dedicada al cine). Locutor de la estación de radio Irreversibleradio, donde en su programa Cine y Palomitas gusta de comentar su pasión cinéfila y hablar de estrenos y noticias al respecto. A muy temprana edad descubrió que el cine es un estilo de vida y una manera de crecer. Ha dado clases y trabajado en la Cineteca Nacional, en el Cinematógrafo del Chopo, en el INBA y en el Film Club Café. Cinéfago insaciable quien gusta de ver maratones de películas una y otra vez y sobre todo, comentarlas con quienes gustan de esta afición.