Los 7 peores remakes en la historia del cine

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peores remakes en la historia del cine

Antes de empezar con el tema de los peores remakes de la historia debemos de aclarar lo que significa un remake. Se trata de una nueva versión o adaptación que define, en los mundos del cine, videojuegos, series de televisión o en otras formas de entretenimiento, entiéndase una versión adaptada o una nueva versión de otra existente anteriormente.

El nuevo contenido suele ser muy fiel al original, aunque este hecho varíe en función de varios factores como, por ejemplo, la elección de los nuevos realizadores y productores o los objetivos de la nueva versión.

¿Por qué se crea un remake?

Las nuevas versiones siempre han existido en la historia del cine. La razón para rehacer una película puede corresponder a varias motivaciones. Una de las principales es la posibilidad de mejorar la eficacia de la historia gracias a la evolución tecnológica: muchas películas han sido rehechas con la aparición del cine sonoro o del color, o con la evolución de las técnicas que permiten la creación de los efectos especiales.

Hacer una nueva versión también puede permitir presentar una película poco conocida (por su antigüedad o por estar hecha en un país extranjero) o modificar “el espíritu” de una antigua obra, haciendo elecciones ideológicas o políticas en la nueva versión.

Otra razón es la de minimizar los riesgos económicos apoyándose en el éxito de una película célebre.

A continuación:

Los 7 peores remakes en la historia del cine

‘Perros de Paja’ (1971 y 2011)

Iniciamos este conteo de los peores remakes de la historia con ‘Perros de paja’, o cómo quitarle a Sam Peckinpah, 40 años después, toda la gracia de su violencia seca y justificada (a ratos) pretendiendo darle un aire moderno a base de sangre, montaje muy rápido y algún ralentizado. Por no hablar del carisma de Dustin Hoffman, que ni se adivina en James Madsen, por mucho que intentes levantar el ánimo con James Woods o con el rubio de ‘True blood’, Alexander Skarsgärd.

Karate Kid (1984 y 2010)

Donde dije Karate, digo ahora Kung Fu. Donde dije Pat Morita digo (horror) Jackie Chan. Y donde dije Ralph Macchio, pongo ahora al hijo de Will Smith, que para eso es el productor. El resultado: unas ganas de poner cera y pulir cera al responsable del invento.

No es un secreto que esta película resultó un fracaso en la taquilla y es muy conocido por ser uno de los peores reinicios de una franquicia.

Furia de Titanes (1981 y 2010)

O cómo convertir una película mediocre (aunque entrañable, sobre todo por los últimos coletazos de la técnica de stop motion del maestro Ray Harryhausen y el entrañable búho que algunos con más de cuarenta seguro recordarán) en un producto considerable a mayor gloria del 3D. Y encima, con segunda parte. Si Zeus levantara la cabeza…

El planeta de los simios (1968 y 2001)

Otro teóricamente buen e imaginativo director (Tim Burton) afrontando una película que lo último que necesitaba era ser rehecha. El planeta lleno de simios en el que aterrizaba Charlton Heston, antes de que se degradara en una retahíla de secuelas de dudosa calidad (dudosa, pero mala), era mucho más inquietante, sutil y misterioso que el que recreó Burton. Una pena.

El profesor Chiflado (1963 y 1996)

Otro ejemplo de película no redonda que se hace grande cuando sacan el remake. Jerry Lewis, a base de gestos, pasaba de ser un tarado y excéntrico doctor a ser el clásico Don Juan. Eddie Murphy usaba toneladas de maquillaje y FX para convertirse en un gordo insoportable y un generador de chistes escatológicos e infantiles. Ninguna de sus frases llega a la altura del zapato a la humillación del Jerry galán a uno de los muchachos de la banda: “Si te portas bien te dejaré jugar con mi llavero”.

Abre los ojos y Vanilla Sky (1997 y 2001)

Un remake cuyo mayor morbo residió en que Tom Cruise le comprara los derechos de su película para jugar con Penélope Cruz. Siempre se dijo que la infumable versión gringa duraba 20 minutos más para que los americanos entendieran las cosas. El plano de Cruise corriendo como loco por Times Square comparado con la sutileza del plano agobiante de Noriega y la Gran Vía definen ambas películas.

Por cierto, esa escena de Tom es catalogada como una de las más caras en la historia del cine.

Psicosis (1960 y 1998)

Repetir Psicosis fue una locura. Hacerlo plano por plano es un suicidio. Recrear la escena de la ducha en color es directamente una idiotez. Pero se hizo. Y lo hizo Gus Van Sant con Anne Heche y Vince Vaughn, incluso Michael Bay amenazó con volver a hacer ‘Los pájaros’.

Conoces alguna otra película que pueda entrar en esta lista. Déjala en los comentarios.

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