Crítica: Llaman a la puerta, el triunfal regreso de M. Night Shyamalan
Llaman a la puerta (Knock at the Cabin), el nuevo thriller de M. Night Shyamalan toma como base la novela de Paul G. Tremblay de 2018 The Cabin at the End of the World y seguramente significará cosas muy diferentes para el público según las creencias personales que aporten a la película.
Por diseño, muchos elementos de la parábola cargada de fatalidad de la película están abiertos a la interpretación, y a menudo se siente como si Llaman a la Puerta en realidad quisiera que hicieras una pausa momentánea para debatir con otra persona sobre lo que está sucediendo en la pantalla. Sin embargo, de lo que no hay duda es de que, con este proyecto, Shyamalan regresa, literalmente por la puerta grande para demostrarnos que aún tiene mucho que ofrecer.
¿De qué va Llaman a la puerta?
De manera muy parecida a la novela original, Llaman a la puerta cuenta la historia de Andrew (Ben Aldridge), su esposo Eric (Jonathan Groff) y su hija adoptiva Wen (Kristen Cui) que se dirigen a un bosque remoto para pasar unos días de asueto.
El lugar por el que viajan es tan hermoso como sereno, tanto que Andrew y Eric no se preocupan cuando Wen se aleja sola para atrapar saltamontes mientras los dos se relajan. Pero cuando un hombre corpulento e increíblemente gentil llamado Leonard (Dave Bautista) aparece de repente implorando a Wen que confíe en él, ella, con el sentido común actual de los niños huye aterrorizada antes de que él le explique la terrible razón por la que ha rastreado a su familia.
No es que Leonard y las otras tres personas con las que ha estado viajando estén acechando a Andrew, Eric y Wen, al menos no en el sentido tradicional. El cuarteto de extraños apenas se conoce, y tampoco conocen a la familia cuya puerta están tocando cuando Knock at the Cabin comienza a desarrollarse. Pero todos los extraños están muy convencidos de que están en una misión para salvar o destruir el mundo y que la familia de Wen tiene que desempeñar un papel clave para decidir el destino de la humanidad.
Llaman a la puerta es en gran medida un thriller en la línea de clásicos como La última casa a la izquierda o Los extraños. Pero rápidamente comienza a tomar un tono angustioso como el de Madre! cuando Leonard, una enfermera llamada Sabrina (Nikki Amuka-Bird), una camarera llamada Adriane (Abby Quinn) y un personaje con problemas de ira llamado Redmond (Rupert Grint) intentan para explicar por qué todos han viajado desde diferentes partes del país para ver a Wen, Eric y Andrew. En pocas palabras, cada uno de ellos está convencido de que el apocalipsis está cerca y que se les ha encomendado la tarea de encontrar a la familia elegida para determinar si toda la existencia será destruida o salvada por la decisión de la familia de matar voluntariamente a un miembro de su unidad.
Suena complicado ¿verdad?
Hay ideologías complejas entretejidas a lo largo de la historia de Llaman a la puerta, que el propio Shyamalan reelaboró y amplió a partir de un guion de Steve Desmond y Michael Sherman.
En lugar de dejar que los cuatro emisarios surjan como enigmas aterradores y misteriosos, Llaman a la puerta te brinda pequeños atisbos de sus vidas que son suficientes para que comiences a verlos como víctimas y te preguntes cuánto de lo que son o de lo que han dicho es cierto.
Si ha visto alguno de los avances de Llaman a la puerta, entonces tiene una idea de las catástrofes a gran escala que comienzan a surgir a medida que la película se intensifica, lo que hace que parezca que Leonard y los demás podrían estar diciendo la verdad. Pero lo que ninguno de los anuncios ha sido capaz de transmitir de manera efectiva es cuánto de la capacidad de la película para mantenerte atrapado y hacerte sentir terror existencial se reduce a que el elenco de la película ofrece una serie de actuaciones inquietantes que se sienten, a falta de una mejor palabra, muy a la Shyamalan.
Toma un tiempo para que quede claro, pero Bautista, Amuka-Bird, Quinn y Grint encarnan cada uno diferentes tipos de miedo y esperanza sobre el futuro, incluso llega un momento en que te preguntas si lo que estás viendo son personas comunes llamadas a servir a un propósito superior. Groff y Aldridge interpretan a Eric y Andrew con una actuación banal que la película reconoce a sabiendas, ya que relata su pasado en flashbacks destinados a hacerte querer y hacerte preguntarte si están siendo atacados específicamente porque son homosexuales.
Hay suficientes momentos a lo largo de la película en los que Eric y Andrew hablan sobre ser perseguidos por sus preferencias sexuales y cómo la humanidad podría no merecer ser salvada. Es un poco extraño pensarlo al principio, pero es difícil no sentirse así a medida que la película llega a su clímax.
En la gran tradición de Shyamalan, Llaman a la puerta probablemente será una película divisiva. Pero también es, sin duda, uno de los filmes mejor ejecutados de los últimos tiempos, algo que se vuelve aún más impresionante por cuánto se aleja de la novela. Tanto los viejos fanáticos como Servant-heads saben que M. Night Shyamalan nunca se fue realmente, pero Tocan a la puerta podría convencer a aquellos que no saben que el director está de regreso.
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